Estas últimas semanas hemos sido parte – claro desde nuestros televisores y computadores – de lo que vive un país como Grecia, al cual le aprobaron una serie de medidas que nada tienen que ver con el beneficio a las personas si no muy por el contrario, van en desmedro del trabajo y una vida digna.
¿La justificación? Pagar una crisis de la cual nunca decidieron ser parte, una crisis creada por legisladores, bancos y especuladores. Algo parecido es lo que nos pasa en Chile con la educación, donde al parecer es más importante asegurar un flujo de dinero a las instituciones bancarias, que proporcionar el derecho a la educación de los ciudadanos de un país. Como muestra de un botón, la reciente ley aprobada respecto al Crédito Aval del Estado.