ciudadanas de segunda clase

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jueves, 16 de febrero de 2012

Si el MINEDUC no quiere, lo haremos nosotros


Joaquín Lavín, Felipe Bulnes y Harald Beyer. Respetables Ministros, pero ¿habrán leído la misión del MINEDUC? o aún más ¿habrán ponderado adecuadamente lo que ella significa? La misión del Ministerio de Educación es asegurar un sistema educativo equitativo y de calidad que contribuya a la formación integral y permanente de las personas y al desarrollo del país, mediante la formulación e implementación de políticas, normas y regulación sectorial. Evidentemente son conceptos abiertos: equidad, calidad, formación integral, desarrollo del país, pero precisamente el rol de una organización es dotar de contenido a su misión declarada. Veamos sus ejes:



1. Educación de Calidad: ¿Qué significa?
Es ya un lugar común del Gobierno bajo la lógica: no importan los temas estructurales (segregación del sistema), sino la educación de calidad. Pero, ¿a qué se refieren con ello? Al parecer sólo está vinculado a crear Agencias, Superintendencias, etc. Pero, por otro lado, nosotros hemos sido bien claros en nuestro planteamiento: asegurar calidad en la educación de los chilenos está directamente vinculado a la posibilidad de establecer un sistema público de educación que apunte a formar ciudadanos para la convivencia en una sociedad democrática, y además, en el caso de la ESUP sea capaz de crear conocimiento para responder a las necesidades de las grandes mayorías y no de un puñado de empresarios; y, asimismo, asegurar calidad requiere de un sistema gratuito en todos los niveles, que asegure el acceso al conocimiento, que entendemos será el cobre delsiglo XXI. En síntesis, lo que nos separa del concepto del gobierno es que para nosotros no habrá calidad sin educación pública, gratuita y de libre acceso, sólo esas características nos la asegurarán. Ellos al no referirse claramente a su significado parecen seguir creyendo que el lucro, la privatización y la selección asegurarán calidad, cosa que no se ha demostrado hasta la fecha y, al contrario, se ha demostrado, por ejemplo, que el lucro no asegura calidad, sino la precarización de la educación.
2. Más recursos: ¿Para quiénes y para qué?
El 2011 el Gobierno negó de un plumazo la remota posibilidad de asegurar la educación como un derecho social universal de todas las personas, y se inclinó por una vez más dentro de 30 años a distribuir los recursos del Estado como una política de gasto social focalizado en los sectores más vulnerables, en lo que la CASEN considera como tal, es decir, un reducido puñado de familias del país, dejando al resto del país excluido de esa posibilidad. Lo mismo hace y profundiza la Subvención Escolar Preferencial que beneficia a los estudiantes de los establecimientos más vulnerables, pero, además los somete (a estudiantes y establecimientos) a una serie de requerimientos de “mérito”. Esto no ha dado resultado, tanto así que para el 2012 ya se solicita flexibilidad a estos requerimientos creados hace sólo 3 años.  Por otra parte, se nos habla de “inversión en capital humano de avanzada e investigación científica”, reduciéndolo a cantidad de becas otorgadas para posgrados y la cantidad de proyectos de investigación administrados por CONICYT. Sin embargo, no sirve de mucho la investigación aplicada, cuando ésta sirve de base para la acumulación de los mismos grupos que controlan la economía. Desarrollo para nosotros no es crecimiento del PIB a como dé lugar, sino también y fundamentalmente una adecuada repartición per cápita. No que un pequeño grupo de chilenos viva mejor que Noruega y que la gran mayoría viva como Angola.
3. Más transparencia: ¿La Superintendencia de Educación Escolar y Preescolar soluciona elproblema de fondo?
Este proyecto de ley, en general, no corrige ningún problema estructural, sino por el contrario es sólo un retoque, bajo la creencia de que la transparencia es la píldora milagrosa de todos los males. Puede ser una medida útil, pero, el centro de las preocupaciones debe ser la falla estructural del modelo educacional: la producción y reproducción de las desigualdades sociales presentes en la sociedad. El año 1989 la brecha entre el 5% más rico y el 5% más pobre era de 137 veces, hoy es de 823 veces. Esas son las nefastas consecuencias del modelo educacional que no se solucionará con mayor transparencia. Al menos esa transparencia. Por el contrario, hay aspectos a transparentar que pueden ser interesantes de saber por los chilenos, como quiénes son y cómo han hecho su riqueza las 632 familias que tienen riquezas superiores a los 5 millones de dólares.
4. Menos endeudamiento: ¿Debe haber endeudamiento por un Derecho Humano?
Aquí su caballito de batalla es el proyecto para bajar la tasa de interés del CAE del 6 al 2%. Pero, lo que el gobierno hizo fue enviar un proyecto de ley con la idea de que la tasa de interés del 6% se mantenga hasta terminar la carrera, pero cuando le toque pagar al estudiante-deudor, transferir a los bancos el dinero de todos los chilenos (recursos del Estado) para cubrir la brecha del 6 al 2%. Es decir el Estado por cada estudiante le enviará al banco al menos el 4% de su deuda: vale decir, cero riesgo crediticio para la banca. En palabras simples, el Estado le pasa plata al banco, en ningún momento convence al sistema bancario de disminuir la tasa, que algunos aún pueden pensar en esta materia.
En consecuencia, todo lo que se ha hecho a la fecha es asegurar un sistema educativo inequitativo, productor y reproductor de desigualdades, de dudosa calidad que contribuye a la formación de profesionales endeudados y al desarrollo económico basado en la acumulación de la riqueza en un pequeño puñado de familias.
Mientras el MINEDUC no comprenda que inevitablemente se tienen que hacer cargo de que el sistema creado por quienes ellos leen para diseñar sus políticas (Milton Friedmann y los Chicago Boys) ha sido un rotundo fracaso, y que hay que modificarlo de forma estructural, difícilmente podrán cumplir la misión que ellos mismos se han impuesto. Uno de los desafíos que el movimiento estudiantil debe afrontar este año es superar el carácter peticionista al Estado. Ha quedado claro que no quieren emprender esos cambios. Por tanto, si ellos no quieren hacerlo (Gobierno y Concertación), de nosotros dependerá transformarnos en la fuerza social y política que pueda lograrlos…señores políticos, hemos llegado a la política para quedarnos.

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