ciudadanas de segunda clase

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domingo, 2 de octubre de 2011

La intransigencia del gobierno y las herramientas para combatirla

Este año somos los estudiantes de Chile y la ciudadanía en general, expresada en su apoyo en un 89% a nuestras demandas( Encuesta CERC y en ocasiones anteriores Adimark), quienes hemos vuelto a alzar la voz. Pero, a su vez, somos una generación que recién está despertando de un sueño sumergido en la apatía, en la entrega de la decisiones a unos pocos, y en la impotencia de no encontrar la representatividad en un sistema político que aún agoniza en coaliciones que han defendido durante toda la transición hacia la democracia un modelo político económico y social instaurado durante la época de la dictadura militar, cuyo legado queda plasmado en la Constitución de 1980, la misma donde se encuentra la tan difamada LOCE, y que ahora queda amparada en la LGE, como un mero cambio de tapa o fachada que aún persiste en perpetuar el sistema de libre mercado en la educación.




 El sistema educativo chileno sufre de daños estructurales que han demostrado fracasar a lo largo de este tiempo, y es por ello que los estudiantes hemos puesto en la mesa no demandas ideologizadas, sino que preguntas de criterio común, que afectan a cada una de las familias de nuestro país. ¿Hay políticas públicas para regular la cantidad de profesionales que necesita el país? ¿Realmente la señora Juanita de La Pintana (citando a la Senadora Von Baer de la UDI) tiene el derecho a escoger el colegio donde su hijo puede estudiar? ¿El endeudamiento de los chilenos se ve expresado en calidad de la educación? ¿Por qué estamos bajo la media del aporte estatal con los países de la OCDE, y aun así, con nuestro vecino más pobre? ¿Por qué tenemos uno de los aranceles más caros del mundo, y aun así nuestras universidades están lejos del ranking que otras universidades latinoamericanas? y finalmente ¿Por qué ocurre esto en Chile? Pues bien, como diría el gran Condorito, tan propio de nuestra idiosincrasia, ¡Exijo una explicación!, y es nuestra principal demanda: exigimos una explicación. Pero aún así el gobierno y la clase política no ha sido capaz de entregarla, ni siquiera en condiciones de dialogo, y de hecho la oposición no ha hecho nada más que desaparecer del escenario político, cómplices y meros espectadores de lo que está pasando en Chile. ¿Dónde está el Ricardo Lagos y su crecer con igualdad? Siendo que nuestro sistema educativo no hace más que hacernos crecer con desigualdad. ¿Qué ha dicho Michelle Bachelet?, y aún más, que proponía la entonces izquierda presidenciable de Jorge Arrate para reformar el sistema educativo (Ver “ Enfrentar Desigualdades” – 2004 ), y aunque usted no lo crea, solo eran más colaciones para los colegios. Ahora analicemos, ¿Que es Intransigencia? El Diccionario de la Real Academia Española (RAE) señala que transigir es “consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero, a fin de acabar con una diferencia”. Tenemos un 89% de la ciudadanía apoyando las demandas estudiantiles, estas demandas consienten con que el sistema educativo no es justo, por ello son transigentes con el tema. Pero en la otra vereda tenemos a un gobierno ideologizado, enfervorizado en defender el lucro en la educación superior (que ha demostrado fracasar) , en seguir subsidiando a la banca privada con fondos públicos , y principalmente que cuando se habla de gratuidad, nos hablan de becas y muchos más créditos como si habláramos en distintos idiomas. Ellos defienden el sistema actual educativo, y ellos no quieren ceder. Pero en cambio - para ellos- los estudiantes somos los intransigentes, los inútiles subversivos, por levantar y exigir un tema de dignidad, una explicación a la preguntas de criterio común, transversales a toda la sociedad, somos entonces los que no queremos ceder. ¿Qué quiere entonces el gobierno ?¿ Que dejemos de preguntar? Y de hecho ahora se nos viene a la mente una frase de un sacerdote brasileño Helder Camara: "Si le doy de comer a los pobres, me dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me dicen que soy un comunista." Ahora bien, el gobierno no nos quiso dar las soluciones, de hecho nosotros tuvimos que encontrarlas, trabajando en ellas y debatiéndolas, ahí fue donde fuimos politizandonos (eso que no le gusta a un modelo que ha gobernado en base a la política de la no política), y nuevamente resucitaron los viejos fantasmas: “el cáncer marxista había vuelto, los violentistas sin remedio, saqueadores y usurpadores del estado de derecho siguen aún vivos”, como diría nuestro querido Alcalde de Providencia Cristian Labbé. A lo que nosotros los estudiantes debemos responder: Si señores políticos, estamos politizados, politizados por la incapacidad de ustedes de representar nuestras demandas, politizados porque le perdimos el miedo a la política, y politizados porque mi familia no siga endeudada. Los errores que no queremos cometer. Ahora se han dado soluciones para destrabar este conflicto, una de ella es la vieja y no querida mesa de negociación, la famosa política de los acuerdos. Pero para ello debemos volver a las historia, específicamente al año 2006 en la Revolución de nuestros compañeros Pingüinos, a la cual más de alguno de nosotros participó, en ella se constituyó una mesa, un Consejo Asesor Presidencial, que presentó un informe hasta de 400 páginas, que en las mismas palabras de Patricio Contreras, ex dirigente estudiantil en ese entonces y ahora Presidente de la ULA, no se incluyó en nada. A resultado de tan arduo trabajo hoy tenemos el Crédito Aval del Estado. La desconfianza es tal a la institucionalidad política que la Encuesta CERC demuestra que un 67% le cree poco, un 16% le cree más o menos y un 14% le cree mucho. A ello agregamos la baja aprobación del gobierno con un 22% y a un Congreso que solo es aprobado con un lastimero 17%. En palabras simples, no hay confianza en la institucionalidad, y se acentúa aun mas en que pueda resolver un tema tan trascendental como una reforma estructural en la educación. A ello se suma el discurso contradictorio del gobierno de la “transparencia”, que no es capaz de levantar un debate televisado donde el propio presidente de la Republica sea capaz de defender la eficacia del lucro en la educación frente a toda la ciudadanía. Entonces que más nos queda ¿la impotencia cuando vemos a la ex Ministra de educación Mónica Jiménez haciendo Foros de educación superior con los actores empresariales (Banco Interamericano del Desarrollo, Fundación Luksic, SOFOFA) formando parte de las políticas del actual MINEDUC (Ver Foro Aequalis), o cuando vemos a la izquierda “tradicional” de Jorge Arrate ofreciendo hace 7 años atrás más subvención, y más becas, como si la estructura del sistema haya cambiado mucho durante estos 20 años. La impotencia también expresada en altos quórums en el poder legislativo para poder cambiar nuestra propia constitución, hoy en día demandada por un 75% de la ciudadanía, en el momento en que nos dicen, para lograr grandes cambios, hay que votar, pero, ¿votar por qué o quién? Hoy en Chile no hay una fuerza política lo suficientemente organizada que de abasto a las demandas estudiantiles, es un gran logro de nosotros haber revuelto las aguas del mapa político, ahora en adelante, quien no sea sensato con las demandas ciudadanas actuales, no merece nuestro voto, y debemos ser tajantes en ello, tanto para las municipales, como para las elecciones presidenciales. Es más, día a día nos vamos convenciendo cada vez más que debemos ser nosotros mismos, no delegarlo en nadie. Tenemos herramientas, y las podemos usar todas. Para proyectar aún más el movimiento estudiantil hemos presentado herramientas para tensionar el ambiente político, algunas de ellas son las asambleas comunales y el plebiscito. Las asambleas comunales son a nuestro juicio una excelente plataforma social de organización frente a la desconfianza institucional, en donde las demandas transversales de la ciudadanía tienen y deben lograr un carácter unitario con los trabajadores, profesionales y estudiantes del país, dado que afecta a cada una de las realidades. Es nuestra articulación con la sociedad chilena la que lleva el conocimiento e información a cada uno de los hogares, fortaleciendo la defensa propia de nuestras demandas y no delegándola a tecnócratas o comisiones asesoras sabiondas en su propia cancha. He ahí donde se nos presenta otra herramienta con mayor proyección política, que si bien no es la única, puede ser muy útil: el plebiscito ciudadano. Un plebiscito es por definición una consulta en la que se somete una propuesta a votación para que los ciudadanos se manifiesten en contra o a favor. En este caso se trataría de que la mayoría de los chilenos se pronuncien acerca de la orientación que debe tener la educación en Chile. Que diferencia nuestra propuesta de plebiscito a la de los gremios y oposición. Mucho se ha mencionado hasta por distintos gremios, y por la misma Concertación el solicitar un plebiscito ciudadano. Principalmente los gremios y la oposición Concertacionista plantean realizar un plebiscito desde la institucionalidad, por lo tanto que sea esta quien plantee las preguntas y realice el control de los sufragios, cosa rebatible ya que debido a la desconfianza política, puede ser fácilmente manejable y además excluiría de la votación a los menores de 18 años. Primeramente, para lograr un plebiscito en Chile se necesita de un alto quórum de aprobación, ya que no está estipulado en las Constitución chilena (por algo será), amparada bajo la lógica portaliana de que el ciudadano no es quien deba elegir el rumbo del país, sino que las minorías preparadas para la conducción de este. En otras palabras, debería estar de acuerdo el Presidente de la República y la oposición entera para legislar la solicitud. Pues bien acá viene lo interesante, tratándose de un gobierno de “transparencia” y para la gente, su deber debiera ser facilitar la democracia participativa de la ciudadanía, frente a ello tenemos una oposición que lo único que desea es acaparar la simpatía del movimiento estudiantil, a eso se puede sumar la herramienta de televisar el debate aprovechando de acaparar los medios de comunicación. Lo que más pedimos y seguimos insistiendo es transparencia y participación, que Chile se sienta parte de los cambios, y que principalmente se ponga en jaque la veracidad de los medios de comunicación, como si fuera lógico que todo este tiempo si los estudiantes y el movimiento social habla en español y el gobierno en spanglish, sean todos los chilenos quienes digan quien habla más bonito. Este plebiscito sería articulado desde las mismas bases (Asambleas comunales y diversas organizaciones) las preguntas las plantearían los actores sociales y nuestra presión sería emplazar a la clase política para que mediante un proceso de legitima democracia sea vinculante con la institucionalidad, y no al revés, tal como menciona Gabriel Salazar en la ultima Edición de El Ciudadano (PhD en Historia y Premio Nacional 2006). También es importante que el voto sea permitido a los mayores de 14 años, quienes a esa edad ya tienen responsabilidad penal, pero no tienen derecho a las decisiones del país. De ser así, de haber plebiscito, se lograría una pequeña ventana entre todo este muro que permitiría a futuro legislar sobre temas tan importantes como una reforma constitucional. Plebiscito ¿Salida al Conflicto? El plebiscito ciudadano no es por ninguna manera una salida al conflicto, es solo una herramienta política más a utilizar. La mesa de negociación puede seguir, pero, sabemos y por experiencia propia que los resultados se perderán en los abismos de las cámaras legislativas y las paredes asesoras de los think tanks políticos. No podemos dejar de utilizar todas nuestras fuerzas, todas nuestras tácticas, y a la par de ello debemos construir una nueva fuerza política, capaz de sincerarse con las demandas del Chile actual, cuyas banderas de lucha ataquen directamente a la raíz del problema: un sistema político y económico amparado en las leyes divinas del mercado y su autoregulación, que de seguir en la vanguardia, no le queda más, que capitalizar nuestros conocimientos para producir ganancias a poderosos conglomerados empresariales que buscan el propio interés y no el de un país entero. Por ello y todo lo demás lucharemos por una universidad pública del siglo XXI gratuita y de calidad. Con la esperanza intacta! Colectivo Socializa Valdivia, Octubre de 2011 Anexos 1.- Encuesta CERC: http://www.cerc.cl/pdf/barometro_de_la_politica_agosto-septiembre2011.pdf 2.- Foro Aequalis: http://www.aequalis.cl/ 3.- Consejo Asesor Presidencial del año 2006:http://www.consejoeducacion.cl/view/viewArticulos.asp?idArticulo=84 4.- Entrevista a Gabriel Salazar: https://www.facebook.com/note.php?note_id=10150303207798214 5.- Plebiscito Ciudadano para Chile: http://lamayoriadecide.cl/

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